QUE ESTABA ENSENANDO PABLO?

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Texto bíblico tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional

Traducción de Carmen Alvarez

Pues ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción. (Romanos 3:21,22-NVI)

No existe tal cosa como el estado de gracia que no se manifieste en una personalidad transformada. Este es un error histórico que siempre destruye el testimonio de las iglesias Cristianas.

Cuando recibimos a Cristo por primera vez, la gracia de la sangre expiatoria perdona nuestros pecados del pasado. Después de eso, la gracia del Espíritu nos permite, paso a paso, purificarnos de toda la suciedad de la naturaleza pecaminosa y del espíritu.

He pensado y pensado sobre lo que el Apóstol Pablo enseñó en los primeros ocho capítulos del Libro de Romanos. Puedo ver que hay algo que no está bien en las enseñanzas Evangélicas de ahora. Por un lado, la forma en que interpretamos a Pablo en los primeros capítulos de Romanos está en conflicto con la mayoría de sus enseñanzas con respecto a la necesidad absoluta de un comportamiento recto, justo, y santo.

Por otro lado, nosotros los Cristianos no estamos poniendo suficiente atención a los mandamientos emitidos por Cristo y Sus Apóstoles. Es como si tales mandamientos no existieran. Sin embargo, Dios quiere que esos mandamientos sean obedecidos, conforme Él nos ayuda, porque sólo conforme obedecemos los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles es que podemos entrar al pacto nuevo que es la formación de Cristo en nosotros.

Estoy presentando la siguiente declaración que yo creo que es una presentación que cubre todo sobre el corazón de la doctrina del Apóstol. Lo estoy poniendo en cursiva para que puedas distinguirlo del texto restante. A ver qué piensas de él, porque cualquier declaración como esta no debe de entrar en conflicto con ningún pasaje de las Escrituras en la Biblia.

Ninguna persona puede ser recibida por Dios aparte de Cristo obedeciendo la Ley de Moisés, obedeciendo los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles, u observando cualquier otro código moral de cualquier tipo que sea.

Sin embargo, cada transgresión de los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles es pecado ya sea cometido por un Cristiano o por una persona que no es Cristiana y debe de ser tratado apropiadamente si el individuo va a vivir a la vista de Dios.

La persona que no es Cristiana trata el pecado apropiadamente viviendo a Cristo por la salvación. El Cristiano trata el pecado apropiadamente confesando sus pecados y alejándose de ellos, orando por la gracia para ayudarlo a hacerlo.

A mi forma de pensar, el resumen anterior abarca la mayoría de las exhortaciones de las Epístolas y no entra en conflicto con ningún pasaje claro del Nuevo Testamento.

Esta condensación sí entra en conflicto con la tradición Evangélica. Si yo estoy en lo correcto muchas áreas de las enseñanzas Evangélicas no están en las Escrituras y ha resultado en el lamentable estado de las iglesias Americanas; lamentable en términos de producir intensos discípulos de Jesús.

La verdad es que tenemos dos tipos de creyentes en América. Tenemos a los feligreses (asistentes a la iglesia) y a los discípulos. Ambos se denominan “Cristianos”. La verdad es, sólo los discípulos son Cristianos. El feligrés promedio no es Cristiano, aunque esto a él le sorprendería y rechazaría tal acusación.


Si alguno se cree profeta o espiritual, reconozca que esto que les escribo es mandato del Señor. (1 Corintios 14:37—NVI)

Consideremos una vez más nuestra declaración y ampliémosla un poco. Después nos señalas en donde no estamos siguiendo las Escrituras.

Ninguna persona puede ser recibida por Dios aparte de Cristo obedeciendo la Ley de Moisés, obedeciendo los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles, u observando cualquier otro código moral de cualquier tipo que sea.

Sin embargo, cada transgresión de los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles es pecado ya sea cometido por un Cristiano o por alguien que no es Cristiano y debe de ser tratado apropiadamente si el individuo va a vivir a la vista de Dios.

La persona que no es Cristiana trata el pecado apropiadamente viniendo a Cristo por la salvación. El Cristiano trata el pecado apropiadamente confesando sus pecados y alejándose de ellos, orando por la gracia para ayudarlo a hacerlo.

Tomémoslo un paso a la vez.

Ninguna persona puede ser recibida por Dios aparte de Cristo obedeciendo la Ley de Moisés, obedeciendo los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles, u observando cualquier otro código moral de cualquier tipo que sea.

¿Puedes vivir con eso? Son los cimientos, ¿no es así?

El que sigue:

Sin embargo, cada transgresión de los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles es pecado ya sea cometido por alguien que no es Cristiano y debe de ser tratado apropiadamente si el individuo va a vivir a la vista de Dios.

Aquí es donde está el problema. Hay varias doctrinas Evangélicas que dicen o insinúan que los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles no son obligatorios para los creyentes. ¡Qué espantoso malentendido del pacto nuevo! Pablo habla sobre codicia, inmoralidad, y todo tipo de ira. También los otro Apóstoles. ¿Podemos desobedecer esto mandamientos y no tener pecado?

Tomemos un mandamiento de Cristo y veamos si es obligatorio para el creyente.

Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí. (Juan 15:4-NVI)

El Señor Jesús nos ha ordenado a permanecer en Él. Como creyente podemos escoger vivir cada día en Jesús o podemos escoger hacer lo que se le antoje al cuerpo.

Las enseñanzas Evangélicas dicen que podemos ignorar este mandamiento sin peligro porque somos salvos por gracia.

La Biblia dice que si no obedecemos a Cristo en este asunto seremos cortados de Cristo y quemados.

¿Tú qué dices? ¿El mandamiento es obligatorio o no?

Algunos hoy en día, para apoyar la doctrina actual de gracia aunque no sigas las leyes, están manteniendo que los mandamientos de Cristo en los Evangelios no son obligatorios para los Cristianos porque habló de ellos antes de Su resurrección. Si esto es cierto, entonces no es necesario volver a nacer para poder entrar en el Reino de Dios porque esto también fue dicho antes de Su resurrección.

¡En qué desastre doctrinal nos encontramos hoy!

Pero gracias a Dios que, aunque eran esclavos del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue transmitida. (Romanos 6:17-NVI)

Ahora tomemos un mandamiento de un Apóstol y veamos si este es obligatorio para el creyente.

Los que son de Cristo han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. (Gálatas 5:24-NVI)

¿Es obligatorio o no? ¿Qué pasa si no crucificamos nuestra naturaleza pecaminosa con sus pasiones y deseos? La mayoría de los feligreses no hacen esto porque se les ha enseñado que son salvos por gracia. ¿Qué hay de ellos?

De acuerdo al Apóstol Pablo, no heredarán el Reino de Dios. ¿Tú qué dices? ¿Heredarán el Reino de Dios o no?

Aparentemente las enseñanzas Evangélicas son deplorablemente no Bíblicas. Por supuesto que ahora podemos ver la evolución de la enseñanza Evangélica conforme los líderes de las iglesias están discutiendo si deben de ordenar a homosexuales. En el primer capítulo de Romanos Pablo reflexiona sobre la perversión sexual. Pero una vez que comienzas a ignorar los mandamientos de los Apóstoles, ¿dónde te detienes?

Así que nosotros los Evangelistas estamos en caos doctrinal. Pero gracias Dios que hay pastores y otros que comienzan a ver el error y empiezan a predicar el Reino de Dios y Su justicia.

La persona no Cristiana trata el pecado apropiadamente viniendo a Cristo por la salvación. El Cristiano trata el pecado apropiadamente confesando sus pecados y alejándose de ellos, orando por la gracia para ayudarlo a hacerlo.

Quizá te preguntes, “¿cómo puede una persona que no es Cristiana permanecer en Cristo o crucificar su naturaleza pecaminosa con sus pasiones y deseos?” Sencillo. La persona que no es Cristiana no puede obedecer los mandatos de Cristo y Sus Apóstoles. El debe de arrepentirse de sus caminos pecaminosos y venir a Cristo por perdón. Cristo dio las leyes del Reino cuando habló sobre las bienaventuranzas.

Él quiere que estas leyes sean obedecidas por cada ser humano, comenzando con sus discípulos. No hacer lo que Jesús dice es pecado y trae muerte espiritual.

Dios dijo que Jesús es Su Hijo amado y debemos de escucharlo. Cuando no obedecemos a Cristo y a Sus discípulos estamos desobedeciendo a Dios.

¿Cómo puede un Cristiano manejar apropiadamente su transgresión de los mandamientos de Cristo y de Sus Apóstoles? Sencillo. Él o ella debe de confesar sus pecados, alejarse de ellos con la ayuda de la gracia Divina, someterse a Dios, y resistir al demonio en el futuro.

Ningún ser humano puede vivir ante los ojos de Dios rechazando a Cristo y tratando de obedecer un código moral o religioso.

La Ley de Moisés es obsoleta, ha sido reemplazada por fe en Cristo.

La fe en Cristo es mantenida conforme guardamos, no ignorando, Sus mandamientos y los de Sus Apóstoles.

Todas las personas sobre la tierra están obligadas a guardar los mandamientos del Nuevo Testamento y morirán espiritualmente si no lo hacen.

El velo se ha rasgado. El Trono mismo de Misericordia en el Cielo está disponible a toda persona que venga por Cristo Jesús y busque ayuda en guardar los mandamientos de Cristo y Sus Apóstoles.

Estamos siendo salvos conforme estamos continuamente viendo a Jesús y guardando sus mandamientos.

La finalidad de tal obediencia es una naturaleza interna transformada; a la venida del Señor, un cuerpo transformado correspondiendo a una naturaleza interna transformada.

Ahora que toda nuestra personalidad ha sido transformada tenemos derecho a recibir la plenitud del Padre y la plenitud del Hijo a través de la plenitud del Espíritu. Estamos destinados a ser la casa de Dios, el trono de Dios, el carruaje de Dios por la eternidad.

Ingenioso, ¡no es así!


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